De la teoría a la aplicación

La segunda jornada del Al Andalus Innovation Venture 2025 convirtió a Sevilla en el epicentro de la inteligencia artificial aplicada. Tras un primer día centrado en innovación y emprendimiento, el evento giró hacia lo esencial: mostrar la IA que ya funciona, la que se despliega en hospitales, granjas, tribunales o fábricas, lejos de la retórica y los PowerPoint.

Los organizadores lo definieron con claridad: se trataba de “mostrar la inteligencia artificial de verdad”. Y esa verdad se midió en casos reales, datos concretos y soluciones que ya están transformando sectores completos.

Un compromiso público que se consolida

La jornada se inauguró con Diego Vargas, cofundador del evento, y Carmen León Bertrand, subdirectora de Sociedad Digital de la Agencia Digital de Andalucía. León Bertrand subrayó el compromiso institucional con la transformación tecnológica de la región: 839 millones de euros invertidos en digitalización en tres años, a través de estrategias como Estrategia Cloud, Aprende Volando y Estrategia de IA 2030.

Además, anunció la apertura del Centro Andaluz de Inteligencia Artificial en Granada y la creación de 11 nodos tecnológicos y cuatro centros sectoriales enfocados en movilidad, logística portuaria, videojuegos y agrotech. La administración andaluza no solo regula: ya implementa IA en sanidad, turismo y agricultura, desde el cribado de cáncer de mama hasta la gestión predictiva de embalses.

El acto inaugural concluyó con un gesto simbólico: el toque de una campana traída de la Bolsa de Madrid, marcando el inicio de una jornada que unía tecnología, inversión y propósito público.

Inversión estatal y visión industrial

José Marino García, de la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT), ofreció una radiografía del esfuerzo estatal en tecnologías críticas: IA, cuántica, ciberseguridad y semiconductores. Explicó que la SETT actúa como un brazo operativo del Estado para impulsar soberanía tecnológica e industrial, articulando consorcios público-privados que conectan investigación, desarrollo y producción.

Marino estructuró su intervención en torno a tres instrumentos clave:

  • PERTE Chip, para atraer inversión extranjera y consolidar capacidades locales de diseño y fabricación de semiconductores.

  • Fondo Next Tech, de coinversión público-privada en IA y tecnologías digitales profundas.

  • Spain Audiovisual Hub, destinado a fortalecer la industria de contenidos y las tecnologías creativas.

Estas iniciativas no solo financian innovación: retienen valor dentro del país, garantizando que la propiedad intelectual y el empleo generado permanezcan en territorio europeo.

De los mitos a la realidad empresarial

Una de las mesas más esperadas abordó la brecha entre las promesas de la IA y su uso real en las empresas. Participaron representantes de Zinkee, General Dynamics Santa Bárbara Sistemas e Isotrol, moderados por la periodista Esther Molina.

El consenso fue claro: la mayoría de los proyectos de IA no son rentables porque se diseñan sin un caso de uso claro. Según un estudio del MIT citado durante el panel, el 95 % de los proyectos de IA no generan retorno medible. Los ponentes coincidieron en que la clave es comenzar por lo concreto: automatizar un proceso, optimizar un flujo, validar resultados y luego escalar.

En las pequeñas y medianas empresas, la IA ya ofrece ventajas tangibles —desde la gestión de inventarios hasta la predicción de demanda—, pero requiere planificación, proveedores confiables y, sobre todo, objetivos realistas.

Ética, regulación y confianza

El debate también abordó los riesgos de una IA sin control humano. Se discutieron ejemplos extremos, desde algoritmos que inducen decisiones erróneas hasta sistemas que ayudan a prevenir suicidios en redes sociales.
Los expertos coincidieron en que toda decisión crítica debe tener supervisión humana, al menos hasta que la legislación europea sobre sistemas autónomos se estabilice.

El mensaje fue contundente: sin ética, no hay confianza; sin confianza, no hay adopción.

Gemelos digitales y soberanía tecnológica

Otro momento destacado llegó con la presentación del catedrático Óscar Cordón, de la Universidad de Granada, quien expuso un proyecto de gemelos digitales del consumidor: modelos de simulación que reproducen comportamientos de compra y respuesta a campañas de marketing. Su enfoque se aleja de la IA generativa para apoyarse en economía del comportamiento y machine learning social, permitiendo predecir decisiones y testar estrategias sin intervenir sobre el mercado real.

Por su parte, Javier Bau, de ATOS Iberia, situó la discusión en el marco global: Europa necesita supercomputación y soberanía tecnológica para sostener su competitividad. Sin capacidad de cálculo ni producción de chips, advirtió, el continente quedará subordinado a infraestructuras externas.

Una cultura de la IA realista y europea

La cita de Sevilla ha dejado una impresión nítida: España está aprendiendo a hablar el lenguaje de la IA desde la práctica, no desde la promesa.
Andalucía emerge como territorio de prueba y demostración, donde la administración pública se convierte en socio de empresas, startups y universidades.

En un panorama global donde la inteligencia artificial suele presentarse como espectáculo o amenaza, Al Andalus Venture mostró algo diferente: una cultura tecnológica que empieza a madurar. Una IA europea, realista, conectada con el tejido productivo y orientada al bien común.

Cuando la innovación deja de medirse por el número de titulares y se evalúa por su impacto en la vida cotidiana, es cuando realmente empieza a transformar una sociedad. Y esa, quizás, sea la mejor noticia que pudo dejar Sevilla.

Basado en el reportaje de La Ecuación Digital, disponible en laecuaciondigital.com.