Los indicadores clave de rendimiento (KPI, por sus siglas en inglés) son objetivos específicos, medibles, accionables, relevantes y temporales (SMART) que ayudan a las empresas a seguir su progreso y desempeño.
Hay muchos KPIs diferentes que se pueden usar para medir la efectividad de un sistema de gestión de relaciones con el cliente (CRM), dependiendo de los objetivos y necesidades específicos del negocio. Algunos de los KPIs de CRM más comunes incluyen:
– Costo de adquisición de cliente: El costo de adquirir un nuevo cliente, incluidos los gastos de marketing y ventas.
– Tasa de retención de clientes: El porcentaje de clientes que continúan haciendo negocios con la empresa durante un período de tiempo determinado.
– Valor del ciclo de vida del cliente: El valor total de un cliente para el negocio a lo largo de su vida como cliente.
– Satisfacción del cliente: El grado en que los clientes están satisfechos con los productos o servicios que reciben del negocio.
– Puntuación neta del promotor (NPS): Una medida de la lealtad del cliente, calculada preguntando a los clientes qué tan probable es que recomienden el negocio a otros.
– Tamaño medio del trato: La cantidad promedio de dinero gastada por un cliente en una sola compra.
– Tasa de conversión de ventas: El porcentaje de prospectos que se convierten en clientes que pagan.
– Tasa de conversión de prospecto a cliente: El porcentaje de prospectos que se convierten en clientes que pagan.
– Tiempo para cerrar: El tiempo promedio que se tarda en convertir un prospecto en un cliente que paga.
– Productividad de ventas: La cantidad de ingresos generados por vendedor.